Por @rodovint
Muchas veces el periodismo se encarga de describir o comparar distintos futbolistas que van surgiendo en las distintas ligas. En algunas ocasiones se puede caer en exageraciones al momento de realizar las mismas. Cuando surgió Messi, de forma automática se lo comparó con Maradona, así mismo sucede en la actualidad con Neymar a quien se lo relaciona muy de cerca con Pelé. Pero antes que se compare al hombre del peinado gallito con el rey del fútbol, otro elemento se llevó todos los piropos y los contrastes con el Rey por su manera de jugar. Siendo parte del Santos Robson De Souza atrajo a todos los ojos futboleros de Brasil y se lo catalogó como el futuro Pelé apelando a una comparación desmedida tal vez.
Si bien el actual hombre del Milán fue en su momento una promesa y mucha gente relacionada con el fútbol tildó al, en aquel entonces, joven delantero del peixe como crack. Que ha hecho Robinho para cumplir aquella promesa de grandes éxitos no solo en materia colectiva sino en materia individual. En el equipo de sus amores donde fue una súper estrella logro convertir 60 goles en 142 partidos correspondientes a su larga estadía desde el 2002 hasta el 2005.
En el 2002, el año del debut, logro levantar el brasileirao después de 20 años para el conjunto paulista. Sin lugar a dudas dándole la razón a algunos de los exagerados que le ponían el mote de “crack”. En el 2003 tuvo una gran copa libertadores haciendo dupla con otro gran jugador como Diego, pero el Boca de Bianchi, Guillermo, chelo Delgado y compañía demostró ser mucho rival para los de San Pablo. Ya en su última aventura exitosa con el conjunto brasileño logro conseguir por segunda vez el torneo más importante de Brasil, el brasileirao 2004, aportando con 21 goles en 37 partidos. Números que lo ayudaron a llevarse en aquel momento el balón de oro al mejor jugador de Brasil. Para muchos periodistas cariocas esa fue la muestra para consolidar a Robinho como figura, nunca se imaginaron que su “Pelé” no se consolidaría en el viejo continente.
Ya en 2005 con el Santos más que tentado a vender a su joya accedió a negociar nada más y nada menos que con el Real Madrid. Los merengues desembolsaron 25 millones de euros por la transferencia de la “promesa”. En este punto es donde Robinho empieza a agotar el crédito de “crack” que consiguió en Brasil. Teniendo temporadas irregulares en el conjunto merengue marcando 35 goles en 132 partidos desde 2005 hasta 2008, aparte de aguantar fuertes críticas por parte de la prensa española debido a su juego muchas veces “improductivo”. Rápidamente en 2008 sintió la necesidad de renovar aires y buscar un nuevo equipo. El Manchester City finalmente fue el que acogió al brasileño. Una vez más eran altas las expectativas para con Robinho, lastimosamente esto le jugó una mala pasada y a final de la temporada con 41 partidos y 12 goles, sumado a las polémicas con el entrenador, no sació a los directivos del conjunto ingles que a final de temporada no quisieron saber nada de él. Tras un retorno muy breve por el peixe, donde duro 5 meses nada más, llegó a su último y actual destino el AC Milán. Se esperaba en Italia que el brasileño se transforme en la figura que lleve al Milán a estar en los lugares más importantes de Europa y termino convirtiéndose en un engranaje más en una máquina que no funciona del todo bien. Envuelto en mediocridad e irregularidades en un equipo que es nada más la sombra de lo que fue es donde termino este “crack”. Pasaron los años y aquella comparación con Pelé quedo muy lejos de ser cierta no fue un poco exagerado lo de los colegas brasileños.
Rodolfo Vintimilla
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