Y la verdad es que no están haciendo mucho por
ayudarlo. Reuniones van, reuniones vienen. Acuerdo a puertas cerradas se
anuncian, acuerdos se firman. Pero a pesar de que ambos bandos han reconocidos
ciertas culpas, ni los dirigentes de clubes y directivos de FEF, parecen tener
clara la manera real de hacer que el fútbol ecuatoriano, no vuelva a caer en
una crisis financiera como la que vive actualmente.
La huelga pasada se originó debido a la falta de
pago que los clubes mantuvieron con los jugadores. A mitad de semana, la cúpula
directiva de la Asociación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE), se reunió con los
principales de la FEF y solucionaron el problema; de forma, no de fondo.
Mediante un movimiento, cuanto menos extraño, adelantaron derechos de TV
correspondientes a valores del 2015, y permitieron que los futbolistas cobren
todo lo que se les debe hasta el 2013, ($12 millones, aproximadamente). Sin
embargo, el problema de fondo no es la deuda que se tenía, sino como llegaron a
esa deuda. Y es ahí donde nadie da soluciones para curar al fútbol enfermo que
tenemos. Todo esto, sin contar los pagos pendientes con el IEES, SRI y demandas
con ex jugadores o entrenadores de los clubes.
Luis Chiriboga reconoce que la FEF falló en no
hacer respetar el reglamento y quitar puntos a los clubes morosos. Además, pidió
responsabilidad para el manejo dirigencial de los equipos. Pero no basta con
hacer cumplir el reglamento y pedir responsabilidad. Es necesario crear un
mecanismo que regule, frene, controle, dirija -dígalo como usted prefiera- al
endeudamiento y gestión económica de los equipos de fútbol profesional del país.
La situación actual demuestra que con solo quitarle puntos a los incumplidos y pedir
“responsabilidad” a los principales de los clubes, no se asegura, en lo más mínimo,
lo que una norma clara y rigurosa, sí podría hacer: ayudar a PREVENIR la crisis.
Debido a eso, propongo una serie de normas que,
en mayor o menor medida, estoy seguro pueden permitir que la situación
económica de nuestro fútbol no vuelva a estar cerca del colapso:
- Club que arrastra deuda del año anterior no podrá inscribir a ningún nuevo jugador.
- Club que mantenga deudas con el plantel, una vez iniciado el torneo, no podrá inscribir a un nuevo jugador (aplica también para el mercado a mitad de año).
- Presupuesto financiado. Esto implica, tener el aval respectivo de todas las marcas y compañías que aportaran comercialmente con el equipo. Si se trata de aportes voluntarios, deben constar con una carta de la persona natural que ceda su dinero o servicios.
- Equipo que no presente su presupuesto de la manera en que se detalló anteriormente, no podrá jugar con público sus partidos de local, hasta que la FEF reciba el documento antes mencionado.
- Equipos pueden colocar hasta un 15 % de su presupuesto con valores no fijos (taquilla, venta futura de jugadores).
- Equipo que deba más de dos meses de sueldo, perderá 3 puntos en la tabla de posiciones del torneo actual.
- Equipo que deba más de tres meses de sueldo, perderá tres puntos en la tabla del campeonato actual y tres puntos para el siguiente año (a partir del cuarto mes, serán 6 – 6 y aumentará de tres en tres, conforme pasen los meses sin pagar).
- Todo contrato rescindido en el que se llegue a un acuerdo de pago, deberá ser notificado a la FEF con los valores establecidos y la aceptación de ambas partes (jugador club).
- Si la rescisión de contrato no es notificada como lo detalla el punto anterior, los clubes no podrán inscribir a nuevos jugadores (nacionales o extranjeros).
- Gestionar la creación de sociedades anónimas dentro del fútbol ecuatoriano.
- En el marcado a mitad de temporada, todo club podrá contratar hasta dos jugadores que hayan jugado en otro equipo del mismo torneo ecuatoriano. (Hoy por ejemplo, jugadores del Deportivo Quito están condenados a irse a la serie “B”, si es que desean escapar del infierno que soportan).
Podemos debatir ciertas medidas. Alguna parecerá
mejor o peor que otra y seguramente faltará alguna, pero lo que no se puede discutir es la
necesidad de hacer algo. Los directivos que formen parte del próximo congreso
tienen la oportunidad histórica de cambiar las bases del balompié ecuatoriano. Nuestro
campeonato necesita medidas preventivas que lo protejan de los malos manejos
administrativos, y a su vez requiere a una Federación que se encargue de
brindarle todos los elementos necesarios para achicar el margen de esos malos
manejos.
Apelar a las buenas intenciones de los
dirigentes y hacer cumplir un deficiente reglamento, no es suficiente para
salvar al fútbol ecuatoriano. Más aún, cuando el lunes 28 de julio en el pleno
de la Asamblea Nacional, Luis Chiriboga dijo que “el fútbol ecuatoriano no está
en crisis”.
Por: José Carlos Crespo
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