El nuevo reto de Gustavo Costas.

Por @josecarloscresp.

El título llegó. En medio de 14 años de sequía, la 14 se convirtió en el bálsamo perfecto, para calmar el entendible sufrimiento vivido por el pueblo amarillo. Pero la 14 ya pasó, y Gustavo Costas debe asimilarlo, para así asumir nuevos retos .

En el transcurso del campeonato anterior, Barcelona fue un equipo práctico. Tal vez demasiado práctico, si se toma en cuenta la plantilla de tanta jerarquía ostentada por los amarillos. El miedo a perder y la presión por lograr el tan ansiado título, justificó cualquier medio para, finalmente, poder dar la vuelta olímpica.

Hubo momentos, en donde parecía poco creíble observar a un equipo que en cuestión de días, pasó de ser el pleno dominador en el Monumental frente a Gremio de Porto Alegre, para luego ser avasallado por el ahora descendido Técnico Universitario.

Se pueden encontrar varias excusas: la altura, una de ellas. Pero después de saber que en los amarillos se encontraban: Erazo, Oyola, Díaz, Arroyo, Mina, Matamoros, Amaya, no sé que tan válido sea ese atenuante.

Soy un firme convencido de que dentro de un campo de juego, debo ser yo el que imponga las condiciones al rival. Esto dependerá, entre otras cosas, del material humano con el que cuente, por supuesto.

Pasa que después de hacer esa comparación entre Barcelona y el resto de equipos, salvo Emelec, el resto estaba muy por debajo del nivel canario. Costas, como hombre inteligente que es, lo sabía. Pero al final del día, siguió siendo de carne y hueso : terminó de imponer la 14, antes de a cualquier otro elemento. Y si jugar dependiendo del rival era lo más efectivo para su objetivo, entonces Barcelona así debería hacerlo. Cuestión de estilos, se argumentó .

Pero ese tiempo de incertidumbre y desesperación es parte del pasado. A fin de cuentas, la 14 ahora se transformo en la 15. Ahora es momento de brindarle al público torero otra clase de juego, básicamente, porque la plantilla así lo permite.

Es momento para Costas de pasar la página y lograr que su propuesta, entendible bajo las circunstancias pasadas, evolucione. Mejore. Es momento de ver a un Barcelona cuya propuesta permita que Máximo Banguera, de vez en cuando, sea el menos resaltada por los diarios.

El titulo del 2012 no será recordado por lo estético de su consecución. Sí lo será porque fue eso: un titulo. Y es precisamente ahí, donde radica el gran reto para Gustavo Costas: lograr que los resultados ya obtenidos, estén directamente relacionados con la jerarquía y nivel que su equipo presenta. Intrínsecamente, está obligado a que eso suceda.

De lo contrario, poco a poco esto podría dejar de convertirse en una cuestión de estilos, para transformarse en una cuestión de aptitude.