La directiva del Madrid perdió la iniciativa el día que permitió que el monopolio de Jorge Mendes prosperase en el interior del club. Ahora el agente más poderoso del mundo es el hombre que administra los tiempos de las contrataciones, las renovaciones, las altas y las bajas, de algunas de las personalidades más importantes del equipo, incluyendo el mánager, José Mourinho, y el máximo goleador, Cristiano Ronaldo.
“Mi renovación no es lo importante”, dijo ayer Cristiano, de 27 años, en una conferencia de prensa en la que se mostró muy simpático. La estrella tuvo palabras de gratitud y reconocimiento hacia la afición y sus compañeros. Pero no hizo ningún guiño al club como institución, ni a la directiva. En los despachos, los dirigentes no advierten buenas señales en los mensajes del portugués. Aseguran que Florentino Pérez, el presidente, desea renovarle y así se lo ha hecho saber al entorno del futbolista. Por el momento, la respuesta de Cristiano ha sido una sucesión de evasivas. En los despachos del Bernabéu aseguran que es el jugador quien se niega a renovar. Temen tener que venderle este año antes que verse obligados a aceptar sus condiciones de traspaso dentro de dos, en 2015, cuando acaba contrato, para eludir dejarle libre.
La relación entre Jorge Mendes y los dirigentes del Madrid es cada vez menos fructífera.
La relación entre Jorge Mendes y los dirigentes del Madrid es cada vez menos fructífera. Crece el descontento por ambas partes y proliferan los mensajes amenazantes. En el club creen que Mendes ha orquestado la entrevista de Pepe, otro de sus representados, al diario Record. En dicho encuentro Pepe aseguró que la situación de sus compatriotas en el Madrid es amarga: “Los portugueses nos sentimos perseguidos”.
Estas palabras sentaron muy mal al sector español de la plantilla madridista, que sintió que Pepe esgrimía el mismo discurso que Mourinho, que acusa a los jugadores locales de gozar de la protección de la prensa y el club. Cristiano eludió la polémica con agilidad: “Pepe no se refería a la gente dentro del club, ni a los jugadores ni a los aficionados. Hablaba de cuando jugamos fuera. Los portugueses sentimos el ambiente un poco más cargado”.
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